Los jóvenes de hoy en día tendrán que trabajar más tiempo y alargar su vida laboral.
El Gobierno socialista recientemente propuso retrasar la jubilación a los 67 años. Coincidiendo con la cumbre de Davos que reunió al Foro Económico Mundial, el presidente Rodríguez Zapatero anunció que el Consejo de Ministros aprobaría una reforma del sistema de pensiones que alargará en dos años la vida laboral a las personas que nacieron después de 1959.
El progresivo envejecimiento de España (y Europa) y un considerable descenso de la población activa se han convertido en dos de las principales barreras para el crecimiento económico del Estado, que cada vez se hace más viejo y más pobre.
Para el 2025 la media de edad de la UE-27 llegará a los 45 años para esas fechas y la de Japón a los 50; mientras que Brasil rondará los 34 años de media, el conjunto de países del BRIC (Brasil, China, India y Rusia) estará en los 37; y China y Estados Unidos en los 39.
La táctica empleada en España será la siguiente: por un lado estimular a la empresa para que no obligue a jubilarse a sus trabajadores, ya que a partir de que cumplan los 65 años no hay que pagar las cotizaciones sociales. Eso sí, la última palabra está en manos del trabajador, la empresa no puede obligarle a que siga trabajando (faltaría más).
Y por otro lado se estimula al trabajador para que siga trabajando. ¿Cómo?
Muy fácil, soltando pasta. Por cada año que se trabaje de más el trabajador verá aumentada su pensión un 3%, hasta un máximo de un 15% si la jubilación se realiza a los 70 años. Parece que a partir de dicha edad no habrá más bonificaciones.
Se supone que de esta forma las cuentas le salen bien al Estado y al final paga menos pensiones. Tiene lógica. La esperanza de vida en España está sobre los 80 años. Por tanto, el Estado paga 15 años de media en pensiones. Si cada año pagara una unidad monetaria al pensionista, si el trabajador se jubilara a los 65 años el gasto en pensiones sería de 15 unidades. Si en cambio se jubila a los 70, por cada año el Estado gastaría 1,15 unidades monetarias (una unidad más el 15%), pero como sólo cobra 10 años, el Estado al final paga 11,5 unidades. Hay un claro ahorro.
Por otro lado al trabajador también le puede interesar económicamente, siempre que su sueldo de trabajador sea mayor que la futura pensión. Esto casi siempre es así, pero puede haber casos en los que la pensión sea mayor, ya que esta se calcula como la media de las cotizaciones de los últimos 15 años trabajados y el último trabajo no tiene por qué ser en el que más se cobre.
Una medida interesante sobretodo porque es opcional, pero me imagino que si no atrae a trabajadores obligará a tomar otras medidas no tan voluntarias.
.- El País
La medida del gobierno quizás no sea acertada, pero es necesaria.
¿La razón? La edad media de España está aumentando vertiginosamente, y el paro también aumenta, por lo tanto, cuanto menos trabajo, menos pensiones y peor vida para los jubilados.
Aunque yo pienso, ¿por qué no tienen otras ideas? Como fomentar el nacimiento de más niños, y una mejor formación de los jóvenes para que la edad de España sea menor y haya menos paro.
Cristina López Roldán.
Yo no he dicho nada, pero comparto opinión con mi compañera.
Beatriz Sánchez Pacios.
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